4/3/09

Opinion/ DE AFICIONES EN ARAN


Y de repente, una ola de indignación popular surgió en el Valle de Aran contra su Sindic porque, pobre de él, tiene una pérfida afición: la música. Bueno, eso es lo que quieren hacer creer algunos. Si tanto les molesta, ¿por qué la oposición de Convergencia no da la cara para recoger tamaña “indignación”? Ni el Gobierno de Aran ni Unitat d’Aran piensan seguir el juego, entre otras cosas porque desde UA nunca se ha criticado que el anterior Sindic se dedicara a la caza, actividad tan respetable como la música. Bajo el paraguas del anonimato y el nombre falso, se han vertido acusaciones muy graves: “la música es la única preocupación del Gobierno de Aran”, “el Conselh Generau se dedica a la farándula”, “el Sindic utiliza su cargo para promocionar un proyecto privado”. También se ha venido a decir que las consecuencias de la crisis en Aran se deben, poco menos, que a la susodicha afición musical. Y de nuevo, si Convergencia tiene soluciones mágicas para amortiguar la crisis, que lo diga, que lo proponga, que no se calle ni mire para otro lado. El problema es que tenemos una oposición sin proyecto, ni rumbo, sin alternativas, ni discurso con que ofrecerlas.

El Gobierno del Conselh Generau ha intensificado su trabajo desde que la crisis nos afecta, a diferencia de otras administraciones en manos convergentes. Porque si una cosa diferencia a este Sindic y este Gobierno de la etapa convergente es que aquí se trabaja como nunca para que los ciudadanos y ciudadanas tengan mejores oportunidades. Nunca desde el Conselh se había hecho una apuesta tan clara por la internacionalización y desestacionalización de nuestro turismo, nunca desde el Conselh se había reforzado el servicio de transporte público como ahora, nunca desde el Conselh se había conseguido un ambicioso plan de mejora de accesos a los pueblos, nunca desde el Conselh se había trabajado tanto por incentivar a particulares y empresas para que desarrollen su actividad en sectores hasta ahora adormecidos (medio ambiente, actividades de montaña, elaboración de productos autóctonos), nunca desde el Conselh se había impulsado la modernización de la administración y la aplicación de las nuevas tecnologías en sectores tan importantes como la educación, nunca desde el Conselh se había preocupado tanto por mejorar la sanidad y los servicios sociales, nunca desde el Conselh se había invertido tanto en Patrimonio cultural (en año y medio, llevamos más inversión que en cuatro años de mandato convergente).

Y para muestra, un botón: sólo en la semana en que el Sindic presentaba el humilde disco de su grupo, cuyo éxito parece evidente a tenor de la furia de algunos, sólo en esa semana, decía, el Conselh Generau aprobaba los presupuestos más ambiciosos de su historia, el Sindic constituía el Consejo Asesor de la Lengua, clave para determinar la supervivencia del aranés/occitano, el Sindic creaba la Comisión de la Memoria Histórica, el Conselh Generau presentaba dos nuevos libros editados por el Gobierno de Aran, y, además, el Sindic d’Aran y la consellera Marina Geli acordaban la ampliación y reforma del Espitau Val d’Aran, un paso indispensable para mejorar el servicio de la sanidad. Por eso, es muy lamentable, por no decir miserable, que se quiera utilizar una actividad personal y privada, sin ánimo de lucro alguno, para desgastar políticamente a los que les ha tocado asumir responsabilidades para gobernar este país y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y ciudadanas, el principal objetivo de nuestro proyecto político.

Amador Marqués Atés